viernes, 13 de noviembre de 2009

azul apagado, casi gris

La vi en un tren.
Se lamía las patas,
se atusaba las plumas,
reflejaban sus ojos
la luz del sol.
En una cualquiera
de todas las paradas
salió volando.

No le quedaban bien
ni los tacones altos,
ni el fijador en el pelo.
Podría ser que su crin
libre
capturase los rayos del sol,
pero atrapada
era fría, y lúgubre.

Maldita realidad,
¿por qué les limitas
y no les dejas ver?
No saben, ni sueñan
lo bella,
lo salvaje,
lo inhumana,
que podría ser.

Que es.

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